Traductor

martes, 13 de mayo de 2014

EVITEMOS LOS MALOS HÁBITOS EN CASA

El riesgo de que un niño sea obeso aumenta considerablemente cuando sus padres lo son (tiene cuatro veces más posibilidades de desarrollar obesidad si uno de sus padres es obeso, y ocho veces más si ambos progenitores lo son). Sin embargo, en esta ecuación no solo interviene la herencia genética (facilidad para aumentar de peso, inadecuada distribución de la grasa corporal...), sino el estilo de vida de la familia como la preferencia por determinados alimentos o formas de cocinarlos que incrementen la ingesta calórica, así como un escaso gasto de energía debido a poca o nula actividad física. El niño normalmente seguirá los mismos hábitos familiares, lo que favorecerá el aumento de peso ya durante la infancia. 
En este vídeo se aprecia cómo unos inadecuados hábitos y estilo de vida familiar afecta gravemente a la salud de los niños.




Muchos de los padres no se molestan en inculcar buenos hábitos alimenticios en sus hijos desde pequeñitos, lo que provoca que luego en la adolescencia o en la edad adulta sea mucho más difícil cambiar esos hábitos. 
Y puede pasar tanto con la obesidad como con otros desordenes, como la anorexia o la bulimia. 
Obviamente dependen de ciertos factores para desarrollar uno u otro problema, pero casi siempre el origen suele estar en casa.



No hay comentarios:

Publicar un comentario